Muchas veces,
nuestros hijos merecen un NO bien justificado...
un NO que entregue respeto, disciplina, cariño, preocupación, "vivir de etapas", en fin...
requieren un NO que ven como obstáculo,
pero que en realidad:
es una muestra de amor
HUMANO
NAMASTÉ y abrazos cordiales.
Lorena Pizarro P.